+50 CAMINOS: ACTITUD vs. APTITUD




Una secretaría es un espacio vivo –a pesar de que la ejecución de  algunas tareas sea rutinaria y metódica- , y  de convivencia. Un escaparate al público,  sostenido y alimentado por un trabajo en común pero hecho en la individualidad.
La jerarquía –no en un sentido militar, clasista o despectivo- en un despacho existe, y  deben mantenerse y respetarse.  Es imposible dar una imagen única si las directrices no están bien marcadas, observadas y las funciones de cada uno muy delimitadas.
Las tareas que se realizan en un espacio de secretaría, muy distintas entre sí,  muchas veces se encomiendan por exigencia de disponibilidad de personal, es decir, tienes que adaptarte a lo que hay y sacar el máximo partido.
No es fácil seleccionar a los miembros de un equipo y tampoco lo es el reparto de tareas.
Personalmente, creo poco en una elección basada principalmente en un currículum vítae,  algo más en las que se apoyan en entrevistas personales y muchísimo, en las que se valora la  información que de manera espontánea ofrecen los candidatos desde el primer contacto. 
A la hora de encargar tareas, prefiero una buena actitud que mil aptitudes avaladas,  selladas y certificadas.
Con una persona que tiene una actitud abierta y proactiva, se llega al conocimiento. Con una persona apta, reconocida y laureada,  con una actitud errónea,  se pone en peligro  la imagen y el proyecto que tanto trabajo cuesta construir y mantener.





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