DULCES MAREAS. LAS MEMORIAS DEL CIUDADANO PEZ. Pez eclipsado.


Tres días para celebrar la herida del recuerdo, que escuece con mucha rabia. Tres noches,  para llorar más aún, la ausencia de  la soñada presencia.
Abrazados al olor y al color de las flores, los que se van  hacen vibrar una y otra vez este puente bajo el que me refugio. Un ruido metálico, incesante, constante y uniforme, que va sumando evidencia en el marcador de mi derrota. Uno, otro, otro… Se van. Aunque sea para cumplir el peor de los ritos, se van. En compañía, a emocionarse frente a los recuerdos. Juntos.
Mis muertos los llevo encima. 
Hoy, la sombra de la luna eclipsará al sol. Como “raro, corto y casi invisible” describen los astrónomos este fenómeno.
Yo, describo así el fenómeno de mi vida: rara, larga e invisible.
Pez eclipsado.

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