DULCES MAREAS. LAS MEMORIAS DEL CIUDADANO PEZ. Pez sin hogar. Pez enfermo.
Es el primer 24 de noviembre que paso bajo los puentes. Ahora, son mi techo, mi hogar. Un hogar frío al que he llegado de la mano del desencanto, la soledad y, posiblemente, de la soberbia.
Pero aunque sea de forma caprichosa y cobarde, aquí estoy, incluido en una dolorosa estadística, sumando. Una cifra detrás de la que no hay dignidad, ni identidad, ni derechos, ni ilusión, ni afectos. Riesgos y necesidad, sí. Eso lo veo, lo vivo y lo padezco, aunque crea que no.
Me consumo mirando arriba y bajo de esta línea líquida -divisoria entre frío y calor, hambre y saciedad, salud y enfermedad, cordura y demencia- buscando respuestas que no llegan.
Más abajo, al fondo, este río que acabará devorándome.
Más arriba, el cielo. Un cielo igual a todos los cielos, un cielo- hogar bajo el que miles de personas invisibles nos cobijamos. Bajo el que cada día construimos el complicado y endeble universo que nos sostiene.
El 24 de noviembre se celebra del "Día de las Personas Sin Hogar" y alrededor de esa fecha se desarrolla la Campaña de las Personas Sin Hogar “Nadie sin hogar 2010-2015”, impulsada por Cáritas Española, FACIAM, la Federación de Entidades de apoyo a las Personas Sin Hogar (FePsh), la Xarxa d´atenció a persones sense llar y la plataforma Bestebi. Junto a la red FEANTSA Europa (Federación Europea de Organizaciones Nacionales que trabajan con Personas Sin Hogar), y bajo el lema “Nadie sin salud. Nadie sin hogar”
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