VALLADOLID DESDE MI BICI. El parque del Paseo del Cid. La Pradera, para entendernos.


A lo largo del Paseo del Cid, que discurre paralelo al río Pisuerga, encontramos el parque que oficialmente toma el nombre del paseo, pero que de manera popular, entre vecinos y no vecinos,  se denomina  la Pradera.


Al curioso, al coleccionista de datos, al botánico o el visitante ocasional,  le bastaría con estas cuatro cifras para descubrirles su formidable aspecto, su importancia y su categoría:  más de 35 años, 19.879 metros cuadrados, 297 árboles y  3,261 m2 de arbustos.



Pero en la Pradera lo de menos son los datos,  porque lo que la mantiene muy viva son las emociones y  la memoria de quienes hemos crecido a su sombra, además del impecable y esmerado trabajo de mantenimiento y continuos cuidados.


Espacio vivo, patio común al que se asoma todo un barrio y buena parte de la ciudad; punto de encuentro que congrega en las tarde de primavera y verano a familias y vecinos alrededor de un  mantel, una tertulia, una buena timbas de parchís o cartas, una celebración infantil o un gratificante paseo en grupo con las mascotas.



Lo mejor de cada cocina, de cada casa, de cada corazón se comparte sobre las amplias y tatuadas mesas de madera;  o  simplemente al fresco,  mientras a ras del Pisuerga se descansa y  respira en cualquiera de los numerosos bancos de los que dispone que, dicho sea de paso, menos mal que no tiene el don de la palabra.



Calendario natural donde las estaciones se esmeran por dejar su huella y algunos de sus productos bien visibles. Autovía celeste por donde bandadas de aves y pájaros llegan o se van en busca de más calor, a veces incluso parece que lo que quieren es compañía. Farmacia natural, y paso obligado para caminantes y deportistas.


Personalmente, soy y me declaro entusiasta usuaria de este espacio de vida y compañía y me gusta dedicar un “buenos días” o una sonrisa a los jardineros -dos como mínimo dedicados a él- que  lo miman o al policía de barrio que lo recorre caminando, de punta a punta, varias veces al día.


El carril bici  que lo atraviesa te conecta con varios zonas de la de la ciudad y con el centro, además de permitirte pedalear de jardín en jardín por la rivera del Pisuerga.


Más datos:
Sistema de riego: automático por aspersión y de cobertura total. El agua de riego se toma del río Pisuerga.
Maquinaria  para su mantenimiento: una maquina segar, soplador, serrucho de poda, motosierra, maquina de tratamientos fitosanitarios, abonadora...



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