DULCES MAREAS. LAS MEMORIAS DEL CIUDADANO PEZ. Pez expectante



Seca la ribera de mi río,  el fango han dejado caminos por los que todavía no he pisado. 
Vuelvo. Dejo las solitarias vías de hierro y regreso a mi espacio, a mi agua, a mis puentes y a mi cielo: único espacio donde no me siento perdido.
Con febrero -con San Blas-  la luz también va regresando -como yo- y transforma e ilumina rincones que el invierno había ocultado por completo. 
Luz y un cielo y un pez preparados para recibir.
Siento los primeros coletazos de la primavera en el río, en los camino y en mí.
Pez expectante.




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