PLATOS DEL CAMINO: patatas, simplemente

Algunas veces,  el ingenio es la única estrategia efectiva para resolver y salir airoso de algunos retos, especialmente los culinarios.


Ese chef inmejorable y crítico que todos llevamos dentro, nunca está dispuesto a dejarse avasallar sobre un mantel, sean quiénes sean los contrincantes y su talla profesional en los fogones.

En este caso concreto (una comida entre amigos en la que cada uno aportaba un plato), la primera diferencia entre el resto de invitados-participantes-concursantes y yo, era era la falta de tiempo para pensar, comprar y cocinar. La fundamenta, la profesionalidad de algunos de ellos.

Inútil competir, ¡sorprende!


Por su sencillez, precio, rapidez y sabor, mis patatas cobraron un protagonismos inesperado en una mesa en la que había platos muy ricos y muy bien elaborados.

Unos minutos de microondas, patata de un tamaño pequeño y regular, buen AOVE , buen pimentón, ajo y perejil ya picados y ¡listo!

Un truco para que las especias queden uniformemente esparcidas: cuando las patatas estén ya arregladas, pasarlas a un bol y con delicadeza tirarlas dos o tres veces al aire, que se remuevan pero sin que se rompan, claro está.



El ingrediente sorpresa y definitivo: un buen pan que invite, encima,  a sopear.

Os invito a probar. Ya me contaréis.




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