TORQUEMADA (Palencia) (I)
De nuevo este Camino se dirige hacia el Cerrato palentino; esta vez en su límite con Tierra de Campos.Voy a conocer Torquemada, que sobre el papel y gracias a la completísima página web de su Ayuntamiento, promete ser un fascinante descubrimiento para esta viajera caprichosa del detalle y la cercanía.
La recreación de las batallas napoleónicas de 1808 y la muestra alimentaria, fueron sin duda la excusa perfecta para visitar Torquemada el pasado mes de mayo; la razón, conocer un poco más una comarca singular y de contrastes que, a medida que voy descubriendo, me fascina más.
Tengo la costumbre de para el coche en la primera señal que indique que he llegado a mi destino y dedicar unos minutos a oler, escuchar y mirar. Puedo asegurar, que de las primeras sensaciones obtengo un mapa bastante exacto de lo que me voy a encontrar. Raro es, no imposible, que me falle la intuición.
Impactante inicio de jornada en Torquemada: jolgorio de pájaros muy vivos - felices diría-, luz, sol, color, olor a pan y unos “buenos días” resonando de puerta en puerta hasta llegar a mí , invitándome a pasar sin llamar.
El municipio, extendido sobre la orilla izquierda de un espectacular Pisuerga (a punto de recibir más arriba las aguas del Arlanza), forma con él un oasis de tranquilidad y mucha belleza.
Se palpa el gran respeto por el medio ambiente y también por el pasado de los torquemadenses (o rabudos). Claves ambas -naturaleza e historia- de un futuro que han entendido como nadie, del que se esfuerzan por formar parte y del que se han propuesto hacer testigos y emisarios a todos los visitantes, viajeros o caminantes que lleguen hasta este vergel cerrateño.
He de confesar aquí, para no faltar a la verdad, que sí sabía que me estaban esperando, alrededor de un buen vino del lugar, la mejor compañía y una entrañable conversación. Pero eso y mucho más, lo iré contando poco a poco en las siguientes entradas.
He de confesar aquí, para no faltar a la verdad, que sí sabía que me estaban esperando, alrededor de un buen vino del lugar, la mejor compañía y una entrañable conversación. Pero eso y mucho más, lo iré contando poco a poco en las siguientes entradas.
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