DE MAÑANA. Gente para otra gente
¡Muy buenos días, caminantes!
Muchos de nosotros caminamos por este recién estrenado tiempos nuevo sin red. Los apoyos, amarres, logros, podios y medallas desaparecieron de la noche a la mañana, dejando en su lugar incertidumbre, vértigo y mucho miedo.
Aprender a caminar solo, cuando llevas toda una vida haciéndolo en manada, no es que se se difícil, es más bien una cuestión de desaprendizaje. De casi nada a nada, te valen los recursos que ya habías interiorizado y que utilizabas mecánicamente. De nada a menos, agendas, méritos, experiencia o capacidades. De menos a mucho menos, lo que creías ser, lo que planeabas ser o lo que dabas por tuyo.
Ahí fuera, la soledad es profunda y pegajosa. Cuanto más solo te sientes, más solo te obligas a estar: un bucle asfixiante. Pero hay algo con lo que no cuentas, porque no sabes que existe -soberbia, soberbia, soberbia-, que son los demás. Gentes que solo necesitan saber de ti tu nombre. Gentes que te aceptan tal y como llegas a ellos, que caminan y avanzan a tu lado y no porque les soluciones papeletas. Gentes que te miran y te dejan nuevo.
Y a esa gente -mis anónimos imprescindibles- quiero dedicar este año 2015: 365 días de más proximidad, encuentros y descubrimientos, porque sin ellos no hubiera sido posible avanzar, aprender y desaprender todo lo que he aprendido y desaprendido; sin ellos, idear, valorar, entender, y renacer serían simples verbos. Sin ellos seguiría balbuceando en cualquier esquina.
Si quieres ir rápido, camina solo, pero si quieres llegar lejos, camina bien acompañado, dice un proverbio africano, Yo quiero llegar lejos y quiero ser gente para otra gente.
¡Vamos allá!
#demañan #actitud #motivación
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