DE MAÑANA. Cielos



¡Que me he cansado y ya está!

Menudas maneras, diréis, de empezar el día. Pues sí, seguramente no son formas de empezar nada, pero estaréis conmigo en que un bufido a tiempo y dirigido a uno mismo, evita estar rumiando penas y pesares y, lo más peligroso, lanzarlo contra el primero que pasa.

Y os cuento breve, claro y rápido. 

Andaba este fin de semana para arriba y para abajo, distraída, esforzándome en caminar, en hacer, en meter de nuevo a mi cuerpo en las buenas  y sanas rutinas. Andaba al acecho de fotos, de historias, de algo que traer al Camino que no fuera más de lo mismo. Andaba escuchando música a todo volumen y cantando a pleno pulmón. Andaba en compañía de Flan, mi perrina, que me mira y hace que me sienta  parte de algo importante, serio y bueno,

Andaba muy lejos de cables, conexiones, agendas, estrategias  y tareas.

Andaba, al caer el domingo, repasando el lunes y me dí cuenta de que, por primera vez en demasiado tiempo,  la cuesta era hacia abajo y el cielo,  un maravilloso manto estrellado, protector y firme que no se iba a caer sobre mi. Un conector universal, un escenario perfecto, un lugar bajo el que vivir a pierna suelta.

Lunes. Ritmo, resolución, frescura, amabilidad, sonrisa, acierto, oxígeno, potencia..., resumiendo: yo.

Conclusión: no todo es producir, hay que alimentarse también.

Así que, caminantes, esto no va a quedarse en un mero ensayo o algo casual. Seguimos, pero aumentando las dosis de relax, descanso, distracción y enriquecimiento personal. Administrando, gestionando y repartiendo el tiempo de forma equilibrada, realista y sana.

Martes. Buenos días, caminantes. ¡Vamos allá!


#demañana #actitud #piensoenalto

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