DE MAÑANA. Café y arena, por favor


Yo no tengo pueblo y esa es  una de las penas de mi vida. Lo que sí tengo son rincones y sitios preferidos en los que he sido feliz y a los que vuelvo constantemente, en contra de lo que opina J. Sabina.
No es lo mismo enfrentarse a la rutina aplastante o a los múltiples problemas que nos persiguen desde un lugar que desprende ternura y aire limpio, que frente a la pantalla de un triste ordenador (por muy personalizado que esté)  colocado en un despacho que acaba oliendo a  pesadilla crónica y por cuya ventana pasan los años sin detenerse.
Por eso, para remediar tanto invierno enlatado, en cuanto puedo me voy al mar y allí, mis días comienzan sentada en la arena, tomando un café caliente y sonriendo de oreja a oreja.
Tengo la suerte de ir al revés de la gente. Cuando ellos se acuestan, yo me levanto; cuando se levantan, yo ya estoy en la playa y para cuando quieren tomarla al abordaje,  yo ya he volado a donde la imaginación, las ganas y le energía me lleven. 
Cuestión  de gustos. 
¡Muy buenos días, caminantes! ¡Vamos allá!

#demañana #verano #regreso

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