DE MAÑANA. Un lunes, un tesoro
La imagen que se me vino a la cabeza cuando leí la frase "buscando un tesoro" fue la de un arco iris enorme y refrescante y un caldero repleto de monedas brillantes.
No hace falta llegar a ese extremo -lluvia y refracción- para encontrar -incluso desear- algo o a alguien o algo extraordinario, porque, tanto si estás al final de un arco iris como de un deseo, lo menos que debes ser es eso, extraordinario.
Sé tres cosas: que soy repetitiva y creo además que merece la pena serlo, cuando hablo de ciertos temas: falta de tiempo, ilusión, motivación, superación...; que hablo mucho de mí y de cómo resuelvo a base de ensayo-error y constancia bastantes de mis malos rollos o fantasmas, como queráis llamarlos, y que los ejemplos, ayudan y animan.
Dando tanto rodeos -las palabras se me resisten muchas veces- a donde quiero llegar es a la siguiente reflexión basada en la experiencia y mi forma de conseguir objetivos: arco iris hay muchos y no hace falta que llueva para verlos (uno se llama Juan, otro Carmen, otro, vecino, otro médico...) y que tesoros, hay muchísimos más, porque cada arco iris no esconde un solo calderos de monedas brillantes. Lo que hay al final del arco iris es compañía, atención, consejo, fidelidad, empatía, decisión... que brillan y valen más que las monedas.
¿Me he explicado?
¡Muy buenos días,caminantes! ¡Hola, querido lunes! ¡Vamos allá!
#demañana #actitud #constancia
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