DE MAÑANA. En manada, por fin




Muy buenos días, caminantes.
Aunque parece que nos hemos instalado en plena sierra, seguimos al lado del Pisuerga. El río ha amanecido bravo y movido, acompañado de mucho sol, mucho cielo azul y un viento que a mí, particularmente, me gusta, me despeja y me recuerda a la voz del mar llamándome a lo lejos.
El que no se consuela es porque no quiere, realmente.
Fin de semana perruno. Flan, Gus y yo, nos vamos los tres, por primera vez, a correr, olisquear y cansarnos por esos campos de Dios. Muchas pruebas que superar, sobre todo para Flan, que hasta ahora no tenía ninguna sobra persiguiéndole más que la mía y los míos para animarla y mimarla.
Sé que todo saldrá bien. Necesito armonía, de batallas ya está el mundo lleno.
¡Vamos allá!


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