DE MAÑANA. Luz en algún sitio



Estos días de junio tarda en anochecer. Mis paseos por la playa, mis idas y venidas se alargan hasta bien entrada la noche y, en algún lugar, sigue habiendo luz. El sol parece celebrar conmigo el placer de caminar descalza, con la brisa de cara y los rizos flotando libremente, sin respetar ninguna ley física.
Pensaba, mientras captaba esta imagen,  en mi (¡cómo no¡) y en aquellas las largas temporadas que, rodeada de agua o de problemas, esperaba una luz mirando siempre hacia el mismo lugar.

La luz siempre está en algún sitio y somos nosotros quienes tenemos que buscarlas. A veces, por muy tarde que sea, basta con girar la cabeza y allí está.

Ahora, todos hablamos del espacio de confort y sabemos que hay que abandonarlo para avanzar.

Echar a volar hacia la luz.

¡Muy buenos días, caminantes! Vamos allá...



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