DE MAÑANA. La satisfacción del cansancio
Necesitaba parar y he parado.Esta semana, entre la fiesta nacional y algunos privilegios de funcionario, me la voy a pasar en casa.
Llevo algunos años que no paro o al menos esa es mi sensación, que es la que vale. He alcanzado algunas cotas impensables, por arriba y por abajo; he hecho y desecho, he vaciado para poder llenar, han arribado a mi vida personas, sitios y habilidades distintas, complementarias y muy a tiempo, sin duda.
Nada es por nada, estoy segura y hasta mi nuevo mejor amigo -Gusanito de Asís- está aquí porque el destino es sabio y su vida y la mía tenían que encontrarse y compartirse.
Estoy cansada, sí, pero muy satisfecha.
Esta semana la voy a dedicar a dormir algo más -esa media hora que sabe a gloria- , a recoger armarios, a leer libros, escuchar música, hacer deporte, seguir estudiando... eso sí, con calma, mucha calma y buenos alimentos.
También -Gusanillo y yo- daremos uso en condiciones del sofá y por fin cumpliremos con un sueño hasta ahora imposible: siesta, siesta y más siesta amarraditos y con la agenda de la tarde en blanco.
Buenos días, caminantes.
Vamos allá.
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