DE MAÑANA. De charco en charco
Da gusto ver y escuchar cómo llueve. La ciudad se ha transformado en pocas horas en un paraíso otoñal en el que se puede respirar a fondo. Me gusta la lluvia, sí; la necesito, más bien.
No recuerdo cómo fue el otoño pasado, reservo mi escuálida memoria para asuntos más sustanciosos, pero este, tardío y corto, está dejando un paisaje maravilloso, una ciudad llena de charcos y de ciudadanos abrigados, por fin, pero contrariados: seguimos utilizando el coche más de lo necesario.
No tengo ni las más mínima idea de cual sera su arquitectura genética, lo que sí puedo asegurar es que por su sangre circula a gran velocidad una pasión: el agua.
Enlazo: Gus es feliz.
De chaco en charco, saltándolos, buceándolos, bebiéndoselos... Lo mismo da, lo importante es estar bien mojado y chorreando barro.
A la vejez viruelas y me da igual tener que pasar la escoba cinco veces al día; lavar y lavar toallas, fundas de sofá, colchas, mantas.... Yo también soy feliz.
El verano fue la gran prueba de fuego con un océano a su disposición.
Me lo hubiera comido, me lo como ahora y está en peligro de que quiera seguir comiéndomelo en el futuro.
Gran compañero, Gusanito de Asís
Seguimos caminando.
¡Buenos días!
#benditosábado #proximidad #pasión


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