DE MAÑANA. Lo nunca visto






Andando o en bicicleta, he recorrido esta ciudad de arriba a abajo, de esquina a esquina y en cada una de sus duras estaciones. He paseado de parque en parque y entre edificios, saboreando el placer pedalear o caminar, mirando, recordando y añadiendo a mi cuenta personal caras nuevas y sensaciones y experiencias distintas.
Pues resulta, amigos, que la amistad y la Navidad me han puesto a prueba en una visita de puertas a dentro por museos, iglesias, salas y palacios. El resultado ha dejado en evidencia mi falta de conocimiento riguroso, no anecdótico, sobre esta ciudad, que no solo fue capital de España, sino que forma parte de una territorio rico en historia y patrimonio, cuna del ancestro del Homo Sapiens, de escritores, reyes, reinas, leyes, artistas, hazañas, leyendas, héroes, santos  y princesas...
Simple y llanamente, una vergüenza. 
Andar tan ensimismado no puedo ser bueno. No puede serlo tampoco, vivir de espaldas a la historia de tu ciudad, a la historia en general, al pasado que explica el presente y me explica ya como castellana que sin remedio también.
Al borde de saltar a un nuevo año, ahí va mi objetivo: visitar, aprender y compartir mi ciudad. Valladolid será nuestro mapa del tesoro, caminantes, y lo descubriremos juntos.
¡Vamos allá!

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